Este cuento nos recuerda que la Navidad es una época mágica que podemos disfrutar de diferentes maneras. También nos enseña que incluso en los momentos más difíciles, siempre hay un lugar especial donde la felicidad nos espera.
Minilibro El reno que no quería Navidad
Era una noche fría, como una nariz de pingüino, y la nieve caía suave como la pluma de un búho. Todos los renos se preparaban para la gran noche de Navidad, con sus cuernos brillantes como estrellas y sus patas listas para volar. Pero había un reno llamado Bruno que no estaba contento. Él no quería Navidad. Bruno odiaba el frío, la nieve y la oscuridad. Le encantaba el verano, cuando el sol brillaba fuerte como un faro y la hierba verde era suave como la lana de un cordero. «¡No quiero Navidad! ¡Quiero sol y flores!», decía Bruno con la nariz arrugada. Sus amigos le miraban con cara de pena. «Pero Bruno, la Navidad es mágica. Podemos volar por el cielo, llevar regalos a los niños y cantar villancicos», decía la reno llamada Luna. «No me gustan las canciones ni los niños, ¡Quiero estar en el bosque jugando con mis amigos! ¡Quiero que sea verano!», gritaba Bruno, muy enfadado. De repente, se oyó un ruido, como el rugido de un león. Era Santa Claus, que llegaba en su trineo. Santa Claus sonrió con sus ojos como carbón. «Bruno, ¡ven conmigo! Te mostraré un lugar mágico donde siempre es verano». Bruno dudó un poco, pero la curiosidad le ganó. Se subió al trineo y juntos volaron hasta un lugar secreto. Era un jardín lleno de flores coloridas, mariposas revoloteando y un sol que brillaba como una sonrisa. Bruno se olvidó de su tristeza y corrió por el jardín, riendo y jugando. La Navidad, de repente, ya no le parecía tan terrible. ¿Por qué Bruno no quería la Navidad? ¿Qué le hizo cambiar de opinión? ¿Qué es lo que más te gusta de la Navidad? ¿Crees que Bruno volvería a estar triste si volviera a ser invierno? Este cuento nos recuerda que la Navidad es una época mágica que podemos disfrutar de diferentes maneras. También nos enseña que incluso en los momentos más difíciles, siempre hay un lugar especial donde la felicidad nos espera.
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