El cuento
Minilibro El descanso del pino navideño
Era Navidad y el pino brillaba con miles de luces. Adornado con bolas rojas, doradas y plateadas, cintas de colores y un ángel en la punta, estaba en medio de la sala, rodeado de risas y alegría. Niños pequeños corrían a su alrededor, emocionados por los regalos que estaban debajo. El pino estaba feliz, ¡pero también un poco cansado! Cada noche, durante la Navidad, la familia se reunía alrededor del pino. Cantaban villancicos, abrían regalos y compartían historias. El pino escuchaba atentamente, disfrutando de la compañía de la familia. Pero la verdad es que, a veces, se sentía un poco abrumado. Una noche, después de que todos se fueron a dormir, el pino sintió paz. Las luces se apagaron y el silencio se apoderó de la sala. El pino cerró los ojos y respiró hondo. Se sentía tranquilo y feliz. «Esta es la mejor parte de la Navidad», pensó el pino. De repente, el pino sintió un pequeño movimiento a su lado. Era un duendecillo, pequeño y tímido, con ojos brillantes y una sonrisa nerviosa. El duendecillo le dijo al pino: «Yo también tengo miedo de la oscuridad, pero me gusta el silencio y la paz». El pino se sintió conmovido por las palabras del duendecillo. El pino también tenía miedo de la oscuridad, ¡pero solo cuando estaba solo! «Yo también tengo miedo, pero juntos podemos superarlo», dijo el pino. Y el duendecillo y el pino se sentaron uno junto al otro en silencio, esperando la llegada del amanecer. A partir de esa noche, el pino y el duendecillo se hicieron amigos. Se reunían cada noche después de que la familia se fuera a dormir, y se contaban historias. El pino aprendió que la amistad puede ayudarnos a superar nuestros miedos, y que el silencio y la calma son la mejor compañía. ¿De qué tenía miedo el pino? ¿Cómo superó el pino su miedo? ¿Qué aprendió el pino del duendecillo? ¿Crees que el pino y el duendecillo serían buenos amigos? El cuento
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