Mini-Cuentos : ## La Bruja de los Caramelos

*** ## Reseña del Cuento: La Bruja de los Caramelos **Este cuento es una excelente opción para niños de 6-7 años, pues combina la magia y la fantasía con un mensaje positivo sobre la amistad, la curiosidad y la imaginación. La historia presenta a Dulcinea, una bruja amable y creativa que comparte sus poderes mágicos con los niños a través de caramelos encantados.** **El lenguaje sencillo y las descripciones vívidas permiten que los niños se sumerjan en la historia y se identifiquen con los personajes. Además, el uso de la hipérbole y la personificación, como la luna que le susurra a Laura, agrega un toque de humor y originalidad al relato.** **Las preguntas al final invitan a los niños a reflexionar sobre la historia, a desarrollar su imaginación y a pensar en sus propias emociones. En general, «La Bruja de los Caramelos» es un cuento ideal para fomentar la creatividad y la alegría en los niños.**

## La Bruja de los Caramelos En un bosque lleno de árboles que parecían gigantes verdes, vivía una bruja muy especial llamada Dulcinea. Dulcinea no era como las brujas de los cuentos, no volaba en escoba ni tenía verrugas en la nariz. Lo que la hacía especial era que adoraba los caramelos y, sobre todo, hacerlos. ¡Y no eran caramelos cualquiera! Dulcinea tenía un secreto: sus caramelos tenían poderes mágicos. Un día soleado, Dulcinea decidió compartir sus caramelos con los niños del pueblo. En una cesta de mimbre, llevó sus dulces con formas de animales, flores y estrellas. Los niños, al ver la cesta llena de colores, corrieron hacia la bruja con alegría. El primer caramelo que probó Juan, un niño tímido, era un conejito verde. ¡De pronto, Juan sintió una gran fuerza en sus piernas y empezó a correr más rápido que un rayo! Se reía con todas sus fuerzas y le daba vueltas al mundo sin parar. Laura, una niña que siempre tenía miedo a la oscuridad, probó un caramelo en forma de luna. ¡Y de repente, la noche dejó de ser tenebrosa! La luna le susurró un secreto: «No tengas miedo, la noche también es mágica.» Y Laura se sintió segura y tranquila, admirando las estrellas brillantes. Miguel, un niño curioso que siempre quería saber más, se comió un caramelo en forma de estrella de mar. ¡Y en ese instante, se encontró bajo el mar! Vio peces de colores, corales brillantes y hasta un pulpo con ocho brazos que le guiñó un ojo. Los niños, encantados con los poderes mágicos de los caramelos, le agradecían a Dulcinea por sus dulces regalos. Aprendieron que la magia podía estar en los pequeños detalles, en la alegría de compartir y en descubrir el mundo con ojos curiosos. ¿Cuál fue el caramelo que más te gustó? ¿Qué te gustaría que hiciera tu caramelo mágico? ¿Qué poderes mágicos te gustaría tener? ¿Crees que los caramelos de Dulcinea cambiaron la forma de ver el mundo de los niños? ¿Cómo te sentirías si tuvieras un caramelo mágico?

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